24.2.16

E5: Bandidos

Rohan y Klyde decidieron lanzar una runa explosiva. La pequeña piedrecilla rodó hasta los pies de uno de los bandidos. Una explosión de fuego hizo que este volara un par de metros y quedase desmayado y herido de una pierna en el suelo. Una enorme y espesa nube de humo los envolvió y al instante uno de los bandidos gritó con fuerza.
  •  ¡Nos atacan!
Mientras desenfundaba un par de dagas, se ponía en posición de combate. El tercero de estos desenfundaba su sable a la vez que advertía a su compañero.
  •  Yo me encargo de esto, no dejes que se lleven a la vieja.
En efecto, entre el humo y el follaje del bosque, Rohan se escabulló hasta donde se encontraba la anciana. Se apoyó sobre una rodilla inclinándose para hablar con ella.
  •  Estamos aquí para ayudarla.
Hizo una pausa al ver que la anciana estaba inconsciente, y era de esperarse tomando en cuenta la situación. De un instante a otro los ojos del caballero se abrieron grandes y sus pupilas se redireccionaron directo hacia la nube de humo, solo se escuchó el sonido del aire siendo cortado por la daga del rufián, en un parpadeo Rohan ya tenía su lanza a modo de defensa frente a su rostro, ambas armas chocaron produciendo chispas acompañadas por el sonido del metal chocando.
  •  Veo que tienes buen reflejo mocoso. ¿Pero qué tal esto?
Rápidamente el rufián empuñó con su mano derecha su segunda daga y dando un salto un metro por encima de la defensa de Rohan, se preparaba para lanzar su segundo ataque desde arriba.
  •  Así tendrá que ser entonces.
Murmuró el joven. Rápidamente dio un giro de 360 grados mientras maniobraba su lanza, al instante ya estaba de pié con su lanza en la mano derecha totalmente extendida a un lado y apoyada en su espalda. El joven esbozó una pequeña sonrisa y el estómago del bandido comenzó a salpicar chorros de sangre como si de una fuente se tratase. El corte de la lanza le provocó una gran herida que le atravesaba el abdomen horizontalmente, cayó al suelo solo para gritar de dolor mientras se desangraba.
  •  ¡Tú!… ¡¡ghhhh!! ¡¡Aaaaah!! Maldito mocoso…
El rufián hizo un gesto como intentando ponerse de pie, pero ahora amenazaba su garganta una afilada lanza.
  •  Quieto.
A su vez Klyde se enfrentaba ferozmente ante el sable de su oponente. Ambos eran excelentes con sus armas, así que el combate era muy parejo. El caballero decidió tomar la iniciativa y desde unos metros de distancia se abalanzó hacia su oponente colocando su escudo de frente a modo de embestida, a la vez que por encima de este asomaba su espada como si de un escorpión se tratase. La velocidad del caballero era increíble, en unos segundos ya se encontraba a un metro de su oponente y su espada se dirigía directo a su rostro.
  •  Heh…
Todo fue como en cámara lenta, el bandido sonrió mientras desviaba hacia la izquierda la trayectoria del ataque con su sable. La espada del caballero le pasó a centímetros del rostro.
  •  Vaya reflejos que tiene…
Pensó el caballero. Sin embargo esto no le preocupó pues su ataque no terminaba allí, la embestida con su enorme escudo sería la siguiente. Sorpresivamente el bandido realizó un movimiento increíble. Rápidamente apoyó su pié izquierdo sobré el escudo del caballero y usándolo como basé se impulsó hacia arriba aprovechando la envestida a su favor, ya en el aire realizó un par de piruetas y al tocar suelo ya se encontraba en posición de ataque a espaldas de Klyde listo para atravesarlo con su sable.
  •  ¡¿Pero qué?!
El joven no se esperaba eso, ese bandido era hábil, definitivamente se trataba de un líder de escuadrón.
  •  ¡¡¡MUEREEEEEE!!!
Clamó el bandido seguro de su victoria. Rohan escuchó el grito de dolor y el sonido de metal chocando. La nube de humo ya se estaba disipando así que pudo ver claramente que pasaba. Klyde estaba a unos cinco metros de su oponente, el cual se encontraba en el suelo sosteniendo con una mano el mango de su sable hecho pedazos y con la otra intentaba detener la hemorragia de su nariz y mandíbula rotas.
  • ¡¿C-co-cómo ha-has?!
  • Ahora, van a responder a nuestras preguntas
Declaró con seguridad el caballero mientras caminaba hacia su oponente derrotado.

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